La principal propiedad de la parafina radica en su alta capacidad para hidratar la dermis, aportar firmeza y dar suavidad a la piel.
El tratamiento con parafina persigue humectar las capas más profundas de la piel, facilitando su nutrición.
El resultado es una piel mucho más hidratada, suave y con un aspecto mucho más rejuvenecido.

- La parafina es especialmente recomendable en pieles agrietadas, con sequedad, deshidratadas o con falta de elasticidad.
- Proporciona un acabado realmente espectacular a las pedicuras y manicuras.
- Como agente reductor puede usarse en brazos, papada, caderas, abdomen y piernas.
- Disminuye la sequedad y la aparición de pequeñas arrugas en la piel.
- Promueve la circulación de la sangre debido al calor que emana cuando se encuentra fundida.
- Ideal como tratamiento complementario en la recuperación de lesiones.
- Como tratamiento de adelgazamiento, actúa quemando la grasa de los glúteos, el abdomen y las piernas a través del calor.
